sábado, 2 de mayo de 2009

Que jueguen los pibes

La victoria de anoche frente a San Martín de Porres no fue más que la muestra fiel de que en el club de Núñez a más de uno la camiseta le queda enorme. La goleada a los peruanos en el Monumental reflejó que a este plantel atestado de jugadores mediocres y fracasados lo que los afecta es la presión de los momentos clave. O sea, lo que en la popular se entendería como que son unos cagones.

La prueba de ello no sólo surge a raíz de la abultada victoria ante San Martín con un River ya eliminado de la Libertadores, cuando hasta ayer el equipo peruano parecía el Bayern Munich cada vez que lo enfrentaban. Sino que también quedó en evidencia al repasar que este plantel en los últimos años no ganó ningún partido decisivo, de esos que calcan a ciencia cierta de qué está hecho un equipo.

Y este River (de Gorosito ahora, pero de Simeone antes) demostró ser sólo un conjunto adepto a las frivolidades, con su preocupación por las vinchas para el pelo, las reiteradas salidas nocturnas y las publicidades de las marcas multinacionales. Pero de hambre de gloria no se le encontró absolutamente nada. No, ni hablar, porque el plantel actual es un híbrido entre mediocres e incapaces.

Entonces, mientras a algunos nada los conmueve, a otros no hay conmoción que les valga, porque sus limitaciones indican que no son más de lo poco y nada que ya demostraron. ¿Casos? En el primer grupo, el de los sin sangre, sin corazón, entran Augusto Fernández, Buonanotte, Abelairas y Ahumada, por citar algunos. Y Cabral, Rosales, Archubi, Barrado y Robert Flores quedarían entre el grupo de buenos jugadores para equipos medio pelo.

De esa manera es como River llegó a concebir a su peor River de la historia. A quedar último en un campeonato local, a perder un torneo internacional a manos de Arsenal, a pasar vergüenza frente a equipos como Caracas, San Martín de Porres o Nacional de Paraguay, y a la ya costumbre inadmisible de quedar eliminado en primera fase de una Copa. Fue de esa manera y gracias a ellos, a los jugadores mediocres, apáticos, incapaces, codiciosos y -por sobre todo- cagon

Fuente : La pagina millonaria

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